La mili gana fuerza en Europa. En el discurso. Y en la práctica. Con un Putin fortalecido, la anexión de Crimea y la guerra del Dombás aún en el recuerdo y la invasión de Ucrania a punto de cumplir dos años y medio, Europa ha ido dando banda ancha al servicio militar. Lituania y Ucrania no tardaron en recuperarlo, Letonia hizo lo propio hace no mucho, en Francia el tema lleva ya años sobre la mesa, en Alemania suena cada vez con más fuerza y Dinamarca se ha propuesto reforzar su reclutamiento. Y eso por citar solo unos cuantos ejemplos.
En España la ministra de Defensa ha descartado de lleno retomar la mili, pero eso no evita que el debate circule en el ejército. Al menos a nivel teórico. Y en esas esferas hay una fórmula que parece verse con interés: el modelo nórdico.
La cifra clave: 80.000. El Periódico (EP) publicó ayer un artículo en el que, citando a fuentes vinculadas a Defensa, aunque sin dar nombres, deja dos ideas botando. La primera es que los militares de nuestro país no son ajenos al debate que ya se está dando en otros países de Europa sobre la conveniencia de reforzar las reservas o incluso cómo recuperar o blindar el servicio obligatorio.
¿Con qué objetivo? Citando a «fuentes militares» EP va más allá y habla de la conveniencia de disponer de una reserva equivalente a entre el 60 y 70% de los efectivos del ejército. Teniendo en cuenta esa horquilla y los 120.000 miembros de las Fuerzas Armadas que había al menos en 2022, habla de 80.000 personas en condiciones de movilizarse. El dato no es oficial, pero sí significativo.
Mirando al modelo nórdico. Esa es la segunda clave que desliza el diario. Siempre según sus fuentes, entre los militares españoles hay una opción que se miraría con más agrado que el retorno de la vieja mili tal y como se aplicaba antes de su suspensión, hace ya dos décadas. El «modelo preferido» sería una reserva al estilo nórdico. En cualquier caso el debate entre los militares se mantendría a ese nivel, el teórico y el de las reflexiones, sin movimientos para concretarlo.
Que no se den pasos para materializarlo, no evita que el debate esté libre de matices. Por ejemplo la conversación sería más intensa en el Ejército de Tierra y, para al menos uno de los generales consultados por EP, la clave sería facilitar una reserva voluntaria de personal especializado, como médicos, ingenieros o técnicos de electrónica, comunicaciones y manejo de drones, más que formar a soldados.
¿Qué es el «modelo nórdico»? De él hablaba hace no mucho, durante el Seminario de Seguridad y Defensa, el coronel José Luis Calvo. «Ese retorno al servicio militar obligatorio que se está produciendo en los países escandinavos, y que se está pensando Alemania, en realidad no es el que algunos han conocido aquí. Allí sigue habiendo un núcleo de profesionales, y de los jóvenes disponibles cada año se elige una parte muy pequeña, un cinco o siete por ciento», recordó.
Otro oficial militar lo define como «un servicio en teoría obligatorio, pero en la práctica voluntario», que permite con el paso de los años formar «una reserva de personal instruido y movilizable». Tal y como recuerda Calvo, las soluciones que se aplican en Escandinavia han llamado también la atención de Alemania, inmersa en el debate sobre recuperar la mili y cuyo ministro de Defensa ya ha reconocido que, en su opinión, suprimir el reclutamiento obligatorio hace 13 años «fue un error».
En febrero el ministro Boris Pistorius, reconoció ver con simpatía y «cierta debilidad» el modelo de reclutamiento de Suecia. El país escandinavo recuperó su mili en 2018, aunque con una fórmula distinta a la que se empleaba en España: el ejército selecciona a jóvenes en condiciones de servir entre nueve a 15 meses. Los escogidos deben responder a las pruebas planteadas por las autoridades, pero The Times precisa que en la práctica quienes no quieran hacerlo pueden limitarse a fallarlas de forma intencionada. También hay alistamiento voluntario.
Selectivo e incluso. El interés por los sistemas de Suecia y Noruega ha ido más allá y a lo largo de los últimos años ha motivado análisis en medios como Foreing Policy, Wall Street Journal, The Times o Security Outlines, que recuerda que en Noruega poco más del 14% de la población con edad de realizar el servicio militar lo hace. En Suecia el porcentaje es aún más reducido, ronda apenas el 4%.
La meta: atraer a personal motivado y formar a reclutas con mayor probabilidad de sumarse al ejército al terminar su instrucción. Otra de las claves del modelo es la neutralidad de género. En 2015 Noruega aplicó el reclutamiento de hombres y mujeres en iguales condiciones y Suecia lo hizo no mucho más tarde. En Dinamarca también quieren extender el reclutamiento a ambos sexos.
El ejemplo sueco. Suecia deja un buen ejemplo. Allí el servicio militar se recuperó en 2018, menos de una década después de su suspensión. La ocupación de Crimea y el fracaso del modelo militar que había aplicado hasta entonces llevó a las autoridades suecas a apostar por una fórmula con diferencias considerables con respecto al de la Guerra Fría: cada año el ejército selecciona a 100.000 jóvenes en condiciones de prestar servicio, pero apenas el 5% acaba vistiéndose el uniforme.
El objetivo, asegura Foreing Policy, es que el porcentaje se duplique para 2030. Cerca del 10% de los movilizados para el servicio lo hacen a regañadientes, con la cárcel como alternativa. El resultado es un reclutamiento selectivo y en el que se aplican unos estándares de exigencia elevados, reclutas favorables a seguir una carrera militar y además consigue remesas para expandir su reserva.
¿Y en España? La ministra Margarita Robles lo expresaba con claridad a finales de marzo: en España «no va a haber servicio militar obligatorio». No entra en los planes de Gobierno retomar el servicio militar, una posibilidad, recalcaba la titular de Defensa, que «no creo que se le haya pasado por la cabeza a nadie». El propio Pedro Sánchez ha llegado a tachar su paso por la mili de «pérdida de tiempo».
EP apunta que los militares españoles no son ajenos a la reflexión que se hace en otros países sobre las reservas o servicio militar. «Potenciar una reserva voluntaria es una de las grandes asignaturas pendientes de la reforma de los ejércitos en democracia», comenta al diario un general. Eso no significa que España no disponga de su propio contingente de veteranos con veteranos.
Más allá de España. En otros países la posibilidad de retomar o reforzar el servicio militar está en el centro del debate político. Ocurre en Alemania, Francia o Reino Unido, donde Sunak planteó recuperarlo si era reelegido. En otras naciones, como Dinamarca, se ha planteado reforzar el reclutamiento. Y en naciones como Letonia, Lituania, Suecia o Ucrania ya se movió ficha hace tiempo. Como telón de fondo, un escenario marcado por las tensiones con Rusia y una demografía que tampoco se lo pone fácil a los ejércitos, algo que ocurre también en Seúl.
Imagen | Contando Estrelas (Flickr)
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La noticia
Mili no, reservistas: cómo funciona el «modelo nórdico» que ya se debate dentro del ejército para España
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por
Carlos Prego
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