Durante siglos, los científicos buscaron el «eslabón perdido» durante décadas. Lo buscaron obsesivamente. Lo buscaron con un ansia extraña, casi existencial. Como si encontrarlo fuera, en cierta forma, la guinda del pastel de la evolución humana.
Lo que pasa es que la búsqueda era inútil, absurda, sin sentido. Una descomunal pérdida de tiempo.
Por eso, ahora buscamos a LUCA y, por suerte, esta búsqueda sí tiene sentido. De hecho, acabamos de encontrar un dato increíble: acabamos de identificar «su fecha de cumpleaños».
¿Pero qué es LUCA? En su nivel más básico, LUCA es sencillamente el acrónimo de «último antepasado común universal» (‘last universal common ancestor’). Pero, en último término, es mucho más que un organismo: es un concepto que hunde sus raíces en las ideas evolucionistas de Charles Darwin y se encuentra en la base del enorme árbol filogenético que organiza toda la vida en la Tierra. Es el punto donde empieza la evolución y, por tanto, toda la biodiversidad.
Eso quiere decir que, aunque LUCA no es el «primer ser vivo» que existió, sí que está lo suficientemente atrás en el tiempo como para haber generado todas las formas de vida actuales (incluyento las bacterias más simples que conocemos).
¿Qué sabemos sobre él? Evidentemente, sabemos poco. Pero, como a efectos prácticos, LUCA sería el ‘mínimo común múltiplo’ de la vida terrestre, sí hay algunas cosas que podemos intuir. Cosas como que era un organismo unicelular, extremófilo, primitivo pero autosuficiente. También sabemos que necesitaría un ambiente acuático para sobrevivir y que, con casi total seguridad, no estaría solo en el planeta.
¿No podemos saber más? Es difícil. Para comenzar porque no hemos sido capaces de encontrar restos orgánicos analizables de hace los 4.000 años que estimábamos que tendría LUCA. Es más, de encontrarlos, es muy posible que estuvieran tan degradados que fueran imposibles de estudiar con detalle.
Por ello, lo que han ido haciendo los investigadores es recopilar los genes de cada vez más bacterias, arqueas, animales, plantas y hongos para modelar computacionalmente ese ancestro común.
Así es como acabamos de descubrir cuándo surgió. Ahora un equipo internacional de investigadores dirigido por la Universidad de Bristol ha conseguido remontarse por ese «árbol de la vida» hasta poder determinar con precisión inédita el momento en que LUCA surgió. Es decir, hace 4.200 millones de años; 400 millones de años después de la formación del planeta.
Y, claro, esto es una sorpresa. Incluso para los mismos investigadores. Como explicaba Sandra Álvarez-Carretero, coautora del estudio e investigadora en la Escuela de Ciencias de la Tierra de Bristol, «no esperábamos que LUCA fuera tan antiguo, dentro de solo unos cientos de millones de años de la formación de la Tierra. Sin embargo, nuestros resultados encajan con las visiones modernas sobre la habitabilidad de la Tierra primitiva».
Es, además, una buena noticia porque la aparición temprana de LUCA ayuda a explicar la enorme diversidad que hay, por ejemplo, entre arqueas y procariotas.
Las sorpresas no acaban ahí. Porque, como explicaba otro coautor, Davide Pisani, «lo que es realmente interesante es que está claro que poseía un sistema inmunológico temprano, mostrando que incluso hace 4.200 millones de años, nuestro ancestro estaba involucrado en una carrera armamentista contra virus».
400 años después de que la Tierra echara a andar, el mundo ya era el que conocemos: millones de seres vivos luchando por sobrevivir un día más. Y eso, eso es fenomenal.
Imagen | CDC / Camilo Jiménez
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La noticia
Llevamos años fascinados con LUCA, «el ancestro común» de todos los seres vivos. Lo que no sabíamos es que fuera tan antiguo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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