La misma Taylor Swift reaccionaba incrédula a la ovación de las 63.000 personas que se dieron cita en el Bernabeu para el primero de los dos conciertos que la han traído a España. Se quitó los auriculares y se levantó del piano para acoger los aplausos, que dentro del renovado estadio en el centro de Madrid sonaba como un auténtico terremoto. «Oh, Dios mío», exclamó, apabullada por el clamor potenciado por la acústica del Bernabeu.
Obras faraónicas. Con casi un año de retraso sobre la fecha prevista, a principios de 2024 se abría el remodelado Santiago Bernabeu. Se dice que las reformas han costado 1.100 millones de euros, ya que Florentino Pérez aspiraba a que el emblemático estadio de fútbol fuera algo mas que un espacio para los partidos del Real Madrid, un propósito potenciado por una de las innovaciones tecnológicas más llamativas del proyecto: el césped retráctil que oculta el campo de juego en un invernadero subterráneo. Aspectos como la cúpula también móvil o la fachada de acero preparada para proyecciones en el exterior redondean las posibilidades de un edificio que puede acoger a 82.000 espectadores.
No todo el mundo está contento. En términos de sonido, el resultado es absolutamente apabullante. Taylor Swift estaba abrumada, pero no tanto como los vecinos de las inmediaciones del estadio, que han protestado desde la apertura por el ruido que se genera en el estadio. Y eso después de cinco años de obras incesantes. La protestas de los vecinos se han hecho virales en Twitter y el Ayuntamiento ya ha empezado a repartir multas entre los promotores de los conciertos celebrados hasta ahora, pero el ruido no es la única molestia: varios colegios aledaños a la zona han tenido el acceso de vehículos cortado a causa de los conciertos de Swift, y se han habilitado vías alternativas para llegar a los centros.
El conciertódromo. Es decir: como si de un festival se tratase (y desde luego, por precio lo ha sido: había entradas para Swift más caras que un abono para conciertos veraniegos de varios días), las zonas conlindantes al Bernabeu se han visto afectadas por esta repentina fiebre por los megaconciertos que no van a parar de momento, más bien al contrario. Después de una media de tres conciertos mensuales hasta ahora, el Bernabeu tiene previsto eventos como:
Duki (8 de junio, agotado)
Manuel Carrasco (29 de junio, agotado)
Luis Miguel (6 y 7 de julio, agotados)
La Velada del Año IV (13 de julio)
Carol G (20, 21, 22 y 23 de julio, agotados)
Aventura con Romeo Santos (7 y 8 de septiembre)
Music Bank World Tour (12 de octubre)
Aitana (29 de diciembre)
Lola Índigo (22 de marzo de 2025, agotadas)
Más otros eventos en 2025, entre los que destaca, posiblemente, Shakira. Son, como se ve, artistas capaces de congregar a decenas de miles de personas.
Los otros festivales. Madrid nunca ha tenido suerte con los festivales celebrados en su ciudad, después de las muchas y agónicas muertes que ha vivido el Festimad. Otros como Mad Cool, Tomavistas, Río Babel o Kalorama han intentado darle la alternativa, pero se han topado a menudo con problemas de mala organización y, en ocasiones, de percances derivados de lo lejanas y mal comunicadas que están las ubicaciones en el extrarradio de Madrid. El Bernabeu permite una ubicación más céntrica para grandes eventos a la que no pueden aspirar localizaciones como la Caja Mágica.
Arrebatando el trono al Metropolitano. El Bernabeu, además, le quita el trono de estadio por excelencia para megaconciertos al Civitas Metropolitano, que hasta hace poco se llamaba Wanda Metropolitano y se conoce de toda la vida como el Santiago Calderón, el estadio del Atlético de Madrid. Su ubicación en el extrarradio no le impedirá en 2024 acoger conciertos de Bruce Springteen, Estopa, Morat o Metallica, pero está claro que el fácil acceso del Bernabeu hace que haya un indiscutible nuevo núcleo para los megaconciertos en Madrid.
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Taylor Swift ha sido la prueba del algodón para el Bernabeu: Madrid ya tiene un imán internacional para los mega-conciertos
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Xataka
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John Tones
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