Cuando te llegan tantos turistas como le está pasando a Japón (en marzo batieron su récord absoluto mensual con tres millones), surgen oportunidades. Sin ir más lejos, han comenzado a proliferar dos niveles de precios para restaurantes. Pero la alta demanda también expone a aquellos comercios que no son capaces de diferenciarse. Algo así está ocurriendo en las pequeñas ciudades y pueblos de Japón. Allí se ha iniciado una carrera por levantar la economía a base de ramen.
Ramen en cada esquina. Según una investigación de Nikkei basada en iTownpage, un directorio de empresas online a nivel nacional, en todo Japón existen 21.110 restaurantes de ramen. No solo eso. La prefectura de Yamagata, al norte del país, tuvo la mayor proporción por cada 10.000 habitantes, con un 5,07, seguida por la prefectura de Niigata, en el centro, con 3,34. El promedio nacional fue de 1,68 locales por cada 10.000 personas. Tokio ocupó el puesto 34 con 1,46.
Esto da una idea de lo que está ocurriendo en el país. No es una simple comida local que gusta al turismo. Es mucho más que eso. Como veremos a continuación, el ramen se ha convertido en una fuente de esperanza para las economías locales. Un producto que se está especializando hasta niveles insospechados.
La fiebre del fideo oriental. Hace tiempo que el ramen traspasó las fronteras de Asia. Tiene su lógica. En occidente, cientos de miles de personas abrazaron una receta “instantánea” que les permitía seguir con sus ajetreadas vidas cocinando en unos minutos. De hecho, los paquetes de fideos han llegado a sobrepasar al tabaco como divisa de intercambio en algunas cárceles de Estados Unidos.
La carrera del ramen. La prefectura de Yamagata es conocida por los fideos soba de trigo sarraceno. Pero el ramen también está profundamente arraigado en la cultura gastronómica local, de hecho, muchos restaurantes de soba sirven ambos platos. Hoy, además, la ciudad ocupa el primer lugar en el gasto anual en ramen de los hogares con 14.741 yenes, y desde el gobierno local se ha creado un sitio web para ofrecer información multilingüe sobre unas 200 tiendas de ramen.
Por su parte, la segunda en esta lista, la ciudad de Niigata (13.844 yenes de gasto anual en familias), ha iniciado esfuerzos similares con la creación de una web dedicada al plato, todo para atraer visitantes ávidos de ramen.
El caso Sano. La ciudad, en la prefectura de Tochigi, es conocida por su tipo de ramen con un caldo más ligero y fideos firmes. ¿Qué hicieron? Allí le dieron una vuelta y han abierto una escuela para enseñar a los aspirantes a propietarios de tiendas de ramen cómo administrar un restaurante.
Además, el consistorio ha ayudado a abrir nuevas tiendas de ramen en los locales donde otros cerraron. Gracias a estos esfuerzos, se abrieron siete nuevas tiendas y 31 personas (o 15 hogares) se mudaron allí. La población de Sano asciende a alrededor de 113.000 habitantes.
Departamento del ramen. Quizás el caso donde se ha llegado más lejos introduciendo el ramen se da en de la ciudad de Nanyo, en el sur de Yamagat. Allí, el gobierno tiene un departamento de ramen. A pesar de tener una población de menos de 30.000 habitantes, alberga más de 50 restaurantes de este tipo, lo que le dio a la ciudad la idea de incluir el ramen como atracción turística junto con las aguas termales o el vino local.
¿Cómo? Distribuyendo mapas de restaurantes y organizando eventos. Para que nos hagamos una idea, en el último, inspirado en el manga Ms. Koizumi Loves Ramen Noodles, participaron 27.000 personas llenando restaurantes y hoteles, lo que tuvo como resultado un impacto económico de unos 170 millones de yenes. Es más, Nanyo organizó una gira de elaboración de ramen para turistas extranjeros.
Cierres en 2023. Mientras surge esta especialización en todo el país, también hay un reverso en clave económica. El año pasado se dio el mayor número de cierres de locales de ramen. ¿La razón? La combinación del yen débil y el aumento de los precios provocado por los acontecimientos internacionales. Las principales cadenas debían subir sus precios para compensar el aumento de los costes mayoristas, pero en Japón, y hablando de ramen, no es tan fácil.
El popular plato se ha mantenido a un precio por debajo de los 1.000 yenes, y esa cifra es clave de su éxito local como “comida barata” de las cadenas de restaurantes. Sin embargo, ese bajo coste ha creado lo que los propietarios de tiendas de ramen y los medios de comunicación denominan el “muro de los 1000 yenes”. Si suben los precios tienen miedo de perder tantos clientes frente a la competencia que de todos modos cerrarán el negocio.
El envejecimiento, otro extra. El periodista gastronómico Yamaji Rikiya contaba que otra de las razones podría ser que las personas mayores, que constituyen cada vez más la población de Japón, están acostumbradas a los días de la “comida de una moneda”. Es decir, recuerdan cuando podían comprar un plato o tazón completo por una sola moneda de 500 yenes (o menos).
El periodista también sostiene que la mentalidad del “ramen asequible” no sólo prevalece entre los clientes sino también entre los comerciantes. Dice que muchas personas con las que ha hablado quieren mantener el precio por debajo de los 1.000 yenes para preservar el estatus del ramen como «comida del pueblo».
Sea como fuere, el ramen parece clave. Como explicaba Akira Tachibana, profesor de la Universidad de Yamato que estudia la cultura del ramen, “la gente incluso hace fila para comprar ramen en una tienda en lo profundo de las montañas, y el uso de ingredientes locales también puede ayudar a promover la región. Hay muchas formas en que los gobiernos locales pueden actuar, como atraer turistas extranjeros y apoyar a los jóvenes que quieran abrir tiendas del plato».
Imagen | City Foodsters, Jacklee, solmarch, RawPixel
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La noticia
Las ciudades de Japón han comenzado una encarnizada lucha por levantar su economía. La receta clave: el ramen
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Xataka
por
Miguel Jorge
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