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Hay ciudades españolas intentando blindar sus playas del pis de los bañistas. Marbella ilustra que no lo tienen fácilCarlos Prego​

Las playas de Marbella son noticia. En medios españoles y del extranjero, sobre todo en diarios de gran tirada de Reino Unidos a los que acuden a informarse los turistas británicos que veranean en la Costa del Sol. Lo curioso es que los arenales marbellíes no han saltado a los titulares por sus banderas azules, belleza o clima. El motivo es en esta ocasión bien distinto: el pis. Para ser más precisos la decisión del Ayuntamiento de ponerse serio con la gente que decide vaciar su vejiga en el mar, lo que ha generado un considerable revuelo entre los visitantes.

Pero… ¿Qué ha propuesto exactamente el Consistorio? Y lo más importante, con el verano recién estrenado: ¿Puede acarrearnos una multa aliviarnos en las playas?

De playas, meados y multas. La noticia saltó en realidad hace varios meses, pero con el inicio del verano ha ido cobrando fuerza, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras: Marbella ha decidido ponerse seria con quienes decidan orinar en su litoral. Tanto de hecho, que aquellos infractores cazados mientras vacían sus vejigas donde no deben se exponen a una sanción de 750 euros que podría duplicarse hasta alcanzar los 1.500 euros en el caso de ser reincidentes.

Así lo han publicado a lo largo de las últimas semanas diarios y cadenas de televisión de España y rotativos británicos del alcance de The Telegraph, The Independent o Time Out en una demostración de hasta qué punto la norma generó expectación en Reino Unido, origen de turistas asiduos de la Costa del Sol.

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¿Va a haber un policía mirando? Un equipo del programa ‘Tiempo al Tiempo’, de Cuatro, incluso se desplazó a las playas de Marbella para entrevistar a bañistas que reconocían no entender del todo cómo se aplicaría la norma. «¿Quién se va a enterar, las medusas?», bromeaba uno de ellos. No era el único. Otra mujer se preguntaba cómo controlarán las autoridades lo que se haga dentro del agua: ¿Va a haber un policía mirando? No entiendo nada», admitía, igual de confunsa.

Matizando la ordenanza. El jueves The Guardian ahondaba en qué busca exactamente la ordenanza. Tras contactar con el Ayuntamiento de Marbella, el diario londinense asegura que sus autoridades han desmentido que la gente pillada  vaciando su vejiga en las cálidas aguas de sus playas se arriesgará a multas de 750 euros. La clave estaría en la redacción de la ordenanza que regula la infracción. Un portavoz del Consistorio matiza que la norma aborda efectivamente el tema, pero se refiere a la gente que orine en el mar desde la orilla o los espigones.

«La ordenanza no impone ninguna sanción por orinar en el mar», subraya el Consistorio: «No será aplicable. La norma regula posibles infracciones antisociales en la playa, al igual que cualquiera acto de este tipo se regula en cualquier espacio público, como las calles de la ciudad». La norma de hecho no solo habla de orinar en las playas. A lo largo del documento se abordan otros comportamientos que pueden molestar al resto de bañistas, como juegos, un uso inadecuado de las duchas, ensuciar los arenales y arrojar colillas a la arena o usar altavoces.

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Pero… ¿Qué dice exactamente el texto? La ordenanza sobre condiciones de uso de las playas y zonas adyacentes es extenso, pero lo que ha llamado la atención y desatado las noticias es una frase muy breve recogido en uno de los epígrafes del artículo 67, el dedicado a las faltas leves. En él se detalla que se considerará como tal «la evacuación fisiológica en el mar y la playa». Al final de la norma se especifica que las infracciones de ese tipo, consideradas leves, se multan con hasta 750 euros.

Este lunes Time Out precisaba que las sanciones por actos como orinar donde no se debe acarreaban antes 300 euros y precisaba que si bien la multa de 750 euros ya ha recibido el visto bueno del Consistorio, no se aplicará hasta pasar la consulta pública. Que la iniciativa de Marbella sea noticia justo ahora se explicaría por un avance en su tramitación a finales de junio, coincidiendo con el inicio del verano.

Objetivo: playas limpias. Lo cierto es que Marbella no es la primera en declararle la guerra al pis en las playas. Antes que ella ya fueron noticia por el mismo motivo Vigo y Málaga. La primera lanzó hace varios años una ordenanza que generó revuelo también entre los bañistas extranjeros, aunque en aquel caso los expectantes eran los portugueses que veranean en el sur de Galicia.

En la ordenanza de 2021 sacada adelante por el equipo de Abel Caballero se emplea una redacción similar a la de Marbella. Se prohíbe «la evacuación en el mar o la playa», igual que lavarse en el agua de la ría con jabón y champú. De hecho se insiste en que se considera falta leve la «evacuación fisiológica en el mar o los arenales». Para evitarlo el Concello se compromete a instalar aseos públicos.

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Málaga (y más allá). El caso de Málaga es aún más antiguo. Su Ordenanza de Uso y Disfrute de las Playas, una norma aprobada hace una década, especifica en su artículo 16 la prohibición de «la evacuación fisiológica en el mar o la playa». La Opinión de Málaga precisa, eso sí, que allí las sanciones son de menor cuantía y no pasan de 300 euros. Ni el de Málaga ni el de Vigo serían casos únicos.

Al menos en Lepe, en la provincia de Huelga, se optó también por dejar negro sobre blanco el veto a los meados en lugares frecuentados por bañistas. En 2012 el diario ABC informaba de una nueva ordenanza que multaba con hasta 750 euros a quienes aliviasen sus vejigas, bien en la playa bien en el mar. El objetivo: «concienciar» a los bañistas y mejorar la conservación de los arenales.

En lugares públicos mejor aguantarse. Vigo, Málaga y ahora Marbella comparten en sus ordenanzas la prohibición de hacer pis (y aguas mayores) «en el mar o la playa». Desde el último Consistorio matizan ahora que el foco no se centra en lo que se haga n el agua, sino desde puntos como la orilla o espigones.

Orinar en espacios públicos está vetado por las ordenanzas municipales. Y no únicamente en las de costa. La clave en el caso de las playas es la que desliza el portavoz del Ayuntamiento marbellí o apuntaban los bañistas de Marbella en los micrófonos de Cuatro: ¿Hasta qué punto es «operativo» sancionar las micciones dentro del agua? Y sobre todo, ¿cómo se pueden controlar en pleno mar?

Imagen | Big-ashb (Flickr)

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Hay ciudades españolas intentando blindar sus playas del pis de los bañistas. Marbella ilustra que no lo tienen fácil

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Carlos Prego

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