Vivir enfrente de la puerta principal de un monumento como es (o será, más bien) la Sagrada Familia de Barcelona debe ser todo un lujo. No sólo por poder disfrutar de una de las obras arquitectónicas más importantes de nuestro tiempo, sino porque ese piso tiene un valor incalculable. El problema es que, si vives ahí, más pronto que tarde puedes quedarte sin casa.
¿El motivo? Una espectacular y ostentosa escalera para entrar a la basílica que será la guinda de la Sagrada Familia y la culminación de la faraónica obra de Gaudí. Y las casas que están cerca, simplemente, estorban.
La fachada de la Gloria. Las obras de Temple Expiatori de la Sagrada Familia comenzaron en 1882. Es obra de Gaudí que, como tantos y tantos arquitectos y diseñadores de catedrales, murió sin ver su obra terminada. Es la iglesia más visitada de Europa tras San Pedro en el Vaticano y… todavía le queda para brillar.
Gaudí dedicó sus últimos 11 años de vida a su obra maestra, la cumbre de la arquitectura modernista catalana, siendo la fachada de la Gloria la más monumental y ornamentada de toda la basílica. No es para menos, ya que es la puerta principal del templo y Gaudí quería que acercarse a los pórticos fuera una experiencia vital.
La escalinata. Y, para llegar al pórtico de la Gloria, el arquitecto ideó una enorme escalinata que representará un camino desde los Infiernos a la salvación al haber expiado sus pecados. Literalmente, vaya, ya que comenzará como un túnel y la idea es que tenga diferentes representaciones del mal, así como el purgatorio y otras visiones que ilustrarán cómo mediante el trabajo, podemos alcanzar la redención y… la gloria.
Suena espectacular, pero el problema es que, cuando Gaudí ideó todo esto, alrededor de la catedral no había nada. Ahora, al este y oeste de la misma tenemos dos plazas, pero justo donde se ubicará la gran escalinata hay dos manzanas de edificios. Y la intención es la de, efectivamente, construir la escalinata.
Esos edificios molestan. En los planes originales del arquitecto, la Sagrada Familia estaría en el centro de una especie de estrella. Se podría acceder a través de varios puntos y la idea era que se viera perfectamente y en plenitud desde cualquier punto. Actualmente, eso no es posible. Es decir, si estás justo debajo, la ves entera, sí, pero en la zona del pórtico y del altar hay edificios. Sólo podemos ver parte de la fachada principal del templo a través del estrecho pasaje de Font.
El ayuntamiento de Barcelona sabe desde hace mucho que esto es un problema que hará que atajar antes o después y, de hecho, puso un aviso sobre la mesa. En él, se comprometían a estudiar las soluciones necesarias para la finalización del proyecto y la modificación tanto del Plan Especial Urbanístico Integral como del Plan General Metropolitano. Pero también mencionaban que, para construir la escalinata, se realizaría la «expropiación de un gran número de viviendas y locales», por lo que habría que garantizar el derecho a la vivienda.
Plan Metropolitano de 1976. Y el problema es, precisamente, que no hay acuerdos. En el PGM de 1976, la ciudad reservó un paseo de dos manzanas para poder hacer una avenida desde Diagonal en lo que, algún día, se ubicaría la gran escalinata de Gaudí. Era como reservar el terreno para poder hacer la escalinata sin molestar a nadie, pero el problema es que todo el espacio se urbanizó y, ahora, hay bloques de pisos y comercios.
Espera… ¿cómo? El empresario Josep Lluís Núñez (también expresidente del F.C. Barcelona) quizá vio la oportunidad de negocio y comenzó a edificar en la zona en 1975, unos meses antes de ese PGM de 1976. ¿Compraron los vecinos sus hogares a precios más bajos sabiendo que, antes o después, serían derribados? Es una insinuación que ha aparecido alguna que otra vez, pero en declaraciones al Diari de Barcelona, los vecinos no tenían constancia de eso.
«El mito sobre que estos pisos se vendieron a menor precio es falso», asegura un vecino. Además, afirmaron que la cantidad monetaria fue bastante elevada y lo dicho: no tenían constancia de una futura expropiación. Gabriel Mercadal (presidente de la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia) comentó que tras algunas reuniones, todo se había parado.
La puerta del Infierno para los vecinos. A lo largo de los años, la ciudad ha ido presentando varias soluciones tanto a los vecinos afectados como al grupo de construcción de la Sagrada Familia, Junta Constructora. En un principio, se necesitarían 60 metros de ancho para poder realizar la escalinata, lo que llevaría a la demolición de prácticamente las dos manzanas entre Mallorca y Calle Aragón. Un plan posterior redujo la cifra a 40 metros de ancho y sin llegar a la Calle Aragón, lo que permitiría no demoler las fincas laterales y se estimó que las mudanzas serían sólo unas 200 y no las 1.020 que se producirían de seguir el PGM de 1976.
En otra propuesta, parece que se acordó la creación de un parking subterráneo para autobuses, lo que solucionaría una de las quejas vecinales.
Diálogo. De la manera que sea, es un problema que viene de lejos. Ya en 2013, el patronato puso 30 millones de euros encima de la mesa para sufragar las expropiaciones, pero el Ayuntamiento se negó. Y, con un conflicto parado durante mucho tiempo, el pasado 23 de mayo se reunieron todas las partes para negociar los aspectos clave de este megaproyecto, como la reubicación de las familias en viviendas de la zona.
Mercadal defiende que «si la solución urbanística comporta la expropiación forzosa, deberá afrontarla su beneficiario», que en este caso es el propio templo. Además, siempre está sobre la mesa la incertidumbre de qué ocurrirá con los posibles acuerdos logrados si se producen cambios en la administración de la ciudad.
Sin duda, es algo realmente complejo, pero con los actuales planes de terminar la basílica en la próxima década, es un conflicto que está cerca de terminar.
Imágenes | Ayuntamiento de Barcelona, vía La Razón, Canaan
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La noticia
Gaudí planeó una escalinata celestial para la Sagrada Familia. Cumplir el proyecto implica expropiar a los vecinos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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