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El vídeo bajo demanda empieza a ser rentable. Esto marca un antes y un después en la industriaJavier Lacort​

El streaming de vídeo por fin empieza a dar beneficios. Los cinco grandes servicios de Hollywood han reportado beneficios agrupados por encima de los 3.200 millones de dólares durante el primer semestre de este año, según indica Bloomberg en un largo y estupendo análisis.

En el mismo período de 2023 esta cifra estaba en rojo: 542 millones en pérdidas. En 2022 estas pérdidas eran aún mayores. Este momento marca un antes y un después para la industria.

Por qué es importante. Tras años de pérdidas millonarias, los grandes del vídeo bajo demanda empiezan a ser negocios rentables.

En detalle. Netflix lidera este cambio de dinámica con un beneficio de 4.500 millones de dólares en este primer semestre. Disney+ está muy cerca de los números negros, y las recientes subidas de precios apuntalan las esperanzas de que eso ocurra pronto.

Peacock (Universal) y Paramount+ siguen en pérdidas, pero son cada vez menores y apuntan a una rentabilidad cercana. No tanto como la de Disney+, pero cercana: dentro de entre uno y dos años. Max, antes HBO Max, es parte de Warner Bros. Discovery.

El contexto. Era de esperar que esto ocurriese en algún momento, pero ha sido antes de lo esperado. Netflix ha necesitado más de diez años para lograr una rentabilidad relevante. Sus rivales lo han están consiguiendo más rápido, claro que también se han beneficiado del impulso que Netflix dio a toda la industria.

Las grandes tecnológicas como Amazon y Apple también tienen están en el negocio del streaming, pero Prime Video y Apple TV+ todavía no son rentables. El propio CEO de Amazon lo dijo de forma implícita en febrero. De Apple no hay nada oficial, pero sí estimaciones de analistas más que creíbles.

Les sirve con el músculo financiero que tienen detrás para mantener las altísimas inversiones en contenido mientras esperan la rentabilidad en el largo plazo.

Ambas, Prime Video y Apple TV+, tienen algo más en común: aunque pueden ser contratadas como productos independientes, su auténtica vocación es ser parte de un ecosistema.
Prime Video también tiene otra estrategia: ser un repositorio comisionista de canales ajenos.

Las claves para ser rentables:

Escala. Solo con una masa crítica de suscriptores se puede aspirar a amortizar los costes fijos de producción y tecnología. Netflix lidera este punto con sus 260 millones de suscriptores a nivel mundial.
Control de costes. Estas plataformas han pasado años con gastos descomunales en contenidos. Poco a poco se han vuelto más selectivas, tanto filtrando mejor sus inversiones como cancelando los proyectos poco rentables.
Diversificación de ingresos. En los últimos años hemos visto llegar planes más baratos con publicidad (Netflix, Disney+), publicidad en los planes estándar (Prime Video, SkyShowTime) y planes más caros sin publicidad u otras mejoras (Max, Prime Video). Netflix también incluye juegos móviles.
Subidas de precios. Tras conseguir una cierta base de usuarios atraídos por precios asequibles, casi todas estas plataformas han subido sus tarifas. En general las bajas de usuarios descontentos han sido compensadas.
Eficiencia operativa. La mejora de procesos y uso de IA permiten optimizar costes. Netflix estrenó un documental en abril que incluye contenido sintético.

Los retos pendientes:

La competencia sigue siendo feroz. El mercado sigue muy fragmentado y es de esperar que lleguen fusiones (serán presentadas como ‘consolidación del mercado’)… o cierres de los servicios menos exitosos.
La saturación de contenidos. La oferta se ha disparado tanto que captar y retener la atención de la audiencia es cada vez más difícil.
La vuelta a las descargas. Si los precios siguen subiendo, es de esperar que algunos usuarios decidan cancelar sus planes y volver a las más tediosas pero gratuitas descargas de contenidos P2P o similares, cuya popularidad se había desplomado.

El caso español. Al otro lado del Atlántico hemos viso un crecimiento explosivo de las plataformas de vídeo bajo demanda en los últimos años. A finales de 2023 más del 60% de los hogares consumían contenidos audiovisuales de pago, según datos de la CNMC.

Nuestro mercado lo lidera Prime Video que se aprovecha de su integración en Prime, seguido de cerca por Netflix, y luego Disney+, Max, Apple TV+… La aparición de Movistar+ la contextualiza tanto su propia OTT, cada vez más abierta y asequible, como su integración en las ofertas domésticas de telecomunicaciones.

Mención especial para plataformas locales como Filmin o FlixOlé, que han encontrado sus nichos (cine de autor y contenido clásico español respectivamente). También para Atresplayer Premium y Mitele Plus, que capitalizan con sus OTT los contenidos de sus cadenas matrices (Atresmedia, Mediaset) y cada vez les dan más importancia en la distribución.

En resumen. El streaming de vídeo está entrando en la fase de madurez y consolidación. La rentabilidad que han logrado o están a punto de lograr los líderes del sector valida el modelo de negocio al mismo tiempo que añade presión a los servicios minoritarios.

En los próximos años es probable que veamos una consolidación del mercado, con fusiones o alianzas, similar a lo que hemos visto en el mercado español de las telecomunicaciones o en la banca.

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