Malas noticias si te gusta desayunar con un zumito de naranja. El sector de la alimentación, encallecido ya con la crisis de los limones, el ajo o el aceite de oliva, por citar solo algunos casos de los últimos meses, se prepara para otro reto. Y de calado. Las plantaciones de naranjos de Brasil, gran peso pesado del sector a nivel mundial, atraviesan turbulencias que ya se dejan sentir en dos frentes: los precios del zumo concentrado y la industria. Los primeros se han disparado hasta alcanzar niveles históricos. La segunda, la industria, busca ya formas de capear el temporal, aunque eso implique «repensar» lo que ahora entendemos por zumo de naranja.
Algo sí está claro: se vienen curvas para el sector.
La crisis de las naranjas. Esa palabra, «crisis», es la que utiliza sin medias tintas ni paños calientes Keeds Cools, presidente de la Asociación Internacional de Zumos de Frutas y Verduras (IFU) al referirse a la situación del zumo de naranja. “Nunca hemos visto algo así, ni siquiera durante las grandes heladas y huracanes», abundaba esta semana durante una entrevista con Financial Times.
Suena tremendista, pero los hechos y las cifras acompañan al análisis de Cools. Brasil, el gran huerto mundial de naranjas, con una producción de alrededor de 16,75 millones de toneladas métricas durante la campaña 2022/2023, se prepara para una mala cosecha, con un «pinchazo» notable con respecto al año pasado. El panorama se agrava porque no es la primera. Y se suma a los desafíos que afronta Florida, otro polo importante en EEUU e importante productor mundial.
¿Tan malas son las cifras? Desde luego no son halagüeñas. Y eso que la industria ya manejaba malas previsiones de partida. The Guardian explica que los productores de las principales plantaciones de naranjos de Brasil han reconocido que esperan un varapalo importante en su cosecha, con una caída del 24% con respecto al año pasado. Es más, con un saldo de 232 millones de cajas de 40,8 kilos, el resultado empeoraría el desplome del 15% que ya esperaba el sector.
Ese porcentaje de caída tiene repercusiones que van mucho más allá del país. Como refleja Statista, Brasil es el gran productor de naranjas del mundo. Durante la campaña 2022/2023 multiplicó de hecho por 2,2 a China, que fue el segundo. La situación se ve agravada además porque no es la primera cosecha global que pasa por dificultades y se suma a las complicaciones que atraviesa el sector en Florida, donde la producción también ha mermado: si hace 20 años generaba 240 millones de cajas de zumo de naranja anuales, hoy el dato se ha reducido a 17 millones.
El reflejo en los precios. Ese escenario se ha reflejado ya en el que probablemente sea el indicador más sensible y elocuente del mercado: el precio. Las estadísticas de Bloomberg muestran que el miércoles la libra de concentrado de naranja, equivalente a algo menos de medio litro, se pagaba a 4,84 dólares. A lo largo de la semana llegó a superar los 4,90, casi el doble que hace un año.
Los gráficos de la plataforma Trading Economics, que reconoce que el zumo de naranja alcanzó su «máximo histórico» el martes, dan una idea del incremento de precios a lo largo de los últimos años… y meses. Los datos se basan en los futuros del zumo, las negociaciones de grandes lotes con los que la industria busca precisamente blindarse frente a períodos de descenso de la producción.
¿Cuáles son las causas? Tras la crisis del sector se esconde un cóctel de factores, uno que resumen con claridad a The Guardian Francois Sonneville, analista senior de bebidas de Rabobank: «La industria de Florida prácticamente ha desaparecido y las plantaciones brasileñas están plagadas de enfermedades, costos crecientes y condiciones de cultivo desfavorables, lo que deja el suministro mundial de zumo de naranja en su punto más bajo en décadas».
En Florida las plantaciones se han visto afectadas por huracanes y el «enverdecimiento de los cíticos», también conocida por sus siglas en inglés, CG, o como «dragón amarillo», una enfermedad bacteriana que afecta a la producción, calidad y aspecto de los cítricos y lleva años extendida por Florida. El encargado de transmitirlo es un insecto chupador de savia, el Asian citrus pysllid. Los naranjos de Brasil tampoco se han librado del «enverdecimiento». Con el añadido de que allí lidian con temperaturas superiores a la media y menos lluvias de las normales.
Un panorama difícil. El panorama no es sencillo. Y en el sector hay quien ya advierte que los efectos de la crisis se dejarán sentir a lo largo de años. Rabobank calcula que en la principal región productora de naranjas del sureste de Brasil el enverdecimiento afecta a cerca del 40% de los huertos, con lo que ello implica: la enfermedad afecta a las naranjas, a su sabor y maduración, y al propio frutal.
Cuando lidia con dificultades así el sector puede echar mano del zumo congelado de una temporada a otra, pero solo pude conservarse un par de años y tras varias cosechas no muy boyante ese margen para usar reservas ha ido menguando.
Buscando alternativas. Ante ese panorama, el sector ya ha movido ficha. Y parece dispuesto a buscar alternativas con otros cítricos para capear el temporal. Cools ya apunta que la opción a largo plazo, «sin tocar la naturalidad e imagen del producto», podría pasar por el uso de «diferentes frutas». Para ser más precisos, el sector mira a las mandarinas y su mayor resistencia al cambio climático.
No todo es teoría. En Japón la crisis está siendo especialmente intensa por su dependencia de las naranjas extranjeras, sobre todo las procedente de Brasil, y una debilidad del yen que ha encarecido las importaciones. Así las cosas, los dueños de la popular cadena de supermercados 7-Eleven han decidido buscar alternativas y echar mano del suministro nacional de mandarinas. Su objetivo es, en plena crisis, ofrecer a sus clientes una alternativa: jugos con mandarina y zumo de naranja.
¿Es esto zumo de naranja? No todos miran a las mandarinas con la misma esperanza. En declaraciones recogidas por The Guardian, Sonneville reconoce que es escéptico sobre su uso por los gastos que implicaría su transporte. En cualquier caso coincide en que a los fabricantes no les quedará otra que buscar alternativas, como subir los precios, usar un zumo de menor calidad o elaborar otros en los que se combine con manzana, mango o uvas. El analista ya aprecia una descenso en la demanda de los consumidores coincidiendo con la subida de los precios.
Agricultores y productores no son los únicos que vigilan la crisis. La situación parece seguirse también con interés desde la Asociación Internacional de Zumos de Frutas y Verduras (IFU), organización que —asegura Cools— ya sopesa activar el proceso normativo para permitir que el zumo pueda incorporar cítricos distintos a la naranja. Quizás parezca una cuestión menor, pero requeriría cambios a nivel legislativo, tanto en las normas del Codex Alimentarius publicadas por Naciones Unidas, como a nivel nacional. Por lo pronto, los expertos lanzan un aviso a navegantes: «La industria del zumo de naranja se encuentra en crisis».
Imagen | Mateusz Feliksik (Unsplash)
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La noticia
Brasil afronta una cosecha calamitosa de naranjas que ha disparado los precios. La gran víctima: los zumos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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